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lunes, 14 de julio de 2008

Paco Regueiro

La verdad es que yo como quién quiero ser es como Francisco Regueiro. Lo del nombre ya lo tengo. Un punto. Y lo de ser de Valladolid, también. Dos puntos. Me falta casi todo lo demás. El cine de Regueiro se define por una dialéctica de contrarios. Adora a Bresson tanto como a Orson Welles. Contrapunto es una de sus palabras clave, uno de sus rasgos estilísticos. Es barroco por carácter, aunque todo él esté atravesado por la ascética y por la mística.

El cine de Paco Regueiro destila ese veneno que produce a veces la inteligencia y que se convierte en poderoso reactivo de nuestras coartadas morales. Regueiro no es un artista que nos ofrezca consuelo, que nos reafirme en lo que estúpidamente llamamos nuestras convicciones. Paco Regueiro es un dinamitero del espíritu, un tipo que puede hacer pedazos las de los pusilánimes. Los singulares anti-héroes de las películas de Regueiro -del Simón Andreu de "El buen amor" o el Maurice Ronet de "Amador" al Fernando Rey de "Padre nuestro" o al Eusebio Poncela de "Diario de invierno", pasando por la Esperanza Roy de "Smashing up!" o la Concha Velasco de "Las bodas de Blanca"- han estado toda su vida huyendo, eludiendo una realidad a la que, inexorablemente, tendrán que regresar. La vida como huida o la imposible huida.

4 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
frah dijo...

De sus antecedentes familiares no sé decirte mucho. Pero Paco Regueiro nació en la calle que está por detrás del Teatro Calderón en Valladolid. De hecho él siempre dice que uno de los sonidos que más le marcó fueron las campanas que en esa zona abundan.

raul y anita dijo...

Yo también cumplo un par de condiciones, soy vallisoletano y amo el cine, en concreto el cine de Francisco Regueiro, que menciones "Las bodas de Blanca" me hace concebir quiméricas esperanzas de que tengas una copia de la película, es la única que no tengo y siento que me estoy perdiendo algo, si existe alguna posibilidad de intercambio no dudes en comunicármelo, los regueirófilos somos poco pero muy valientes.

raul y anita dijo...

Sólo para añadir que me parece profundamente deshonesto que utilices un texto ajeno y lo hagas pasar como tuyo, el texto es de Carlos Barbachano, ya se lo he comunicado al propio Barbachano porque si quiere iniciar medidas legales por plagio.