Hoy, 14 de enero, este blog cumple dos años. Y en todo este tiempo han pasado muchas cosas. Por mi parte incluso he tenido un hijo. He ganado amigos, he perdido amigos. Incluso el núcleo fuerte del gran equipo se ha desmembrado. La biblioteca ha cambiado su disposición y las salas en que grabamos ya no están igual. El restaurante ha cerrado. El hospital ha cambiado de personal. Y las chicas del piso de Tordesillas ya no lo tienen alquilado.
Que podíamos esperar. Si ya empezamos mal, con problemas en el elenco, que solucionamos con un cambio de sexo y sustituyendo a mi querida Blanca Herrera por Beatriz Llorente. Los ensayos ya tuvieron sus altibajos por enfermedad. Y el inicio del rodaje nos tuvo en vilo por problemas ajenos a nuestra causa. Y aunque pudimos grabar según lo previsto, la alegría en casa del pobre dura poco, hasta que la pierna, el estómago y el corazón de Ricardo exigieron un descanso.
Pasado el verano, después de varios altibajos y algún que otro momento de desidia, pudimos completar la grabación y afinar el montaje de unos planos que ya empezaban a tener un sabor añejo sin haber visto la luz. Pero aún nos esperaba el mazazo más fuerte, y Ricardo se nos fue de entre las manos sin saber ni como. Y después del bajón, a seguir. Pero la maldición no acababa ahí y también se cebó con los yokos que en pleno proceso de sonorización sufrieron de accidentes múltiples.
El caso es que dos años después podemos decir que la película está terminada. Y que, de hecho, vamos a presentarla a la preselección del Festival de Málaga, tal y como era nuestra intención, eso sí con un año de retraso. Y vamos a comenzar con un nuevo proyecto (amenazo) que ya está en pre-producción. No puedo evitarlo.
Es evidente que, para bien o para mal, nadie va a valorar la película por los esfuerzos o el tiempo invertido. El espectador sólo ve el resultado final. En este caso, hemos logrado lo que nos proponíamos desde un principio: una película amarga, incómoda, siniestra... que muestra un lado oscuro y esquivo del ser humano, la tendencia a ser infeliz por propia decisión. Creo que a Dostoyeski le gustaría la adaptación. Y espero que a ti también.
Que podíamos esperar. Si ya empezamos mal, con problemas en el elenco, que solucionamos con un cambio de sexo y sustituyendo a mi querida Blanca Herrera por Beatriz Llorente. Los ensayos ya tuvieron sus altibajos por enfermedad. Y el inicio del rodaje nos tuvo en vilo por problemas ajenos a nuestra causa. Y aunque pudimos grabar según lo previsto, la alegría en casa del pobre dura poco, hasta que la pierna, el estómago y el corazón de Ricardo exigieron un descanso.
Pasado el verano, después de varios altibajos y algún que otro momento de desidia, pudimos completar la grabación y afinar el montaje de unos planos que ya empezaban a tener un sabor añejo sin haber visto la luz. Pero aún nos esperaba el mazazo más fuerte, y Ricardo se nos fue de entre las manos sin saber ni como. Y después del bajón, a seguir. Pero la maldición no acababa ahí y también se cebó con los yokos que en pleno proceso de sonorización sufrieron de accidentes múltiples.
El caso es que dos años después podemos decir que la película está terminada. Y que, de hecho, vamos a presentarla a la preselección del Festival de Málaga, tal y como era nuestra intención, eso sí con un año de retraso. Y vamos a comenzar con un nuevo proyecto (amenazo) que ya está en pre-producción. No puedo evitarlo.
Es evidente que, para bien o para mal, nadie va a valorar la película por los esfuerzos o el tiempo invertido. El espectador sólo ve el resultado final. En este caso, hemos logrado lo que nos proponíamos desde un principio: una película amarga, incómoda, siniestra... que muestra un lado oscuro y esquivo del ser humano, la tendencia a ser infeliz por propia decisión. Creo que a Dostoyeski le gustaría la adaptación. Y espero que a ti también.
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